Crear una Escuela de Psicología Social en Internet podría parecer una redundancia, ya que hay varias y muy buenas. Sin embargo, algunos sentimos la necesidad de hacer llegar por este medio la teoría en la que creemos y con la que operamos. Recuerdo que era junio del año 1987 cuando "vi luz y subí" la escalera de la casona a medio arreglar de la calle Rivadavia en Once. Me quedé a una clase de Alfredo y sentí, por primera vez, que alguien me ofrecía lo que había estado buscando durante mucho tiempo: una explicación coherente de la realidad. No eran tiempos fáciles: se caía el muro, las esperanzas y la fe en los sueños, como asegura el tango. Muchos veían cómo sus ideales eran traicionados dentro y fuera del país. La vida imitaba, otra vez, a la música ciudadana: las mariposas volaban con sus alas en tecnicolor hacia las luces de la globalización. Aparecían los teléfonos celulares que mirábamos con desconfianza, la exclusión, que se nos antojaba un nuevo eufemismo para la vieja pobreza de siempre, porque tardamos en comprender los métodos de la metropoli, el "uno a uno", la desafiliación, los "nuevos pobres", el cuco de la Deuda Externa, escrita así, con mayúsculas, en el futuro de cada argentino por siempre jamas. Estábamos en emergencia y la teoría -que pensaba al mismo tiempo que hacía ese Diógenes porteño que es Moffatt- hablaba de todo eso y más: decía esperanza, si estamos juntos no nos deprimimos, podemos bancarnos entre todos. Se estaba construyendo la Terapia de Crisis. !Y vaya si la necesitábamos! A veces, queríamos creer que todo sería pasajero, una coyuntura. Pero no se trató de una crisis de la época, había llegado LA EPOCA DE LAS CRISIS. El Bancadero, creado por Alfredo Moffatt, ya está cumpliendo sus primeros jóvenes 25 años demostrando que cada día es mas necesario. O.I.D.O.S. ya cuenta doce púberes y vigorosas primaveras articulando la angustia con la reparación. No se cuántos el Hospital de la Vida y el Bancapibes, y la Cope, y la Colifata. Entonces, si la Terapia de Crisis goza de una excelente salud según lo indica su demanda ¿por qué no beneficiar a más gente con el trabajo que fuimos haciendo en estos años? ¿por qué no ampliar la red, anudar, tejer, agrandar donde haga falta, compartir lo que tenemos, inventar futuro?
Se me ocurrió y se lo conté a Alfredo:
-Tengo ganas de armar una Escuela Moffattiana por Internet. ¿Qué te parece? Me miró como siempre, con esos ojos azules de gringo que le cuesta enfocar al dueño de la voz porque están mirando quien sabe qué cosa en cualquier otro lado, y me dijo: -Y bueno....dale.
Seguimos con otra cosa. Yo, disimulando como siempre cuánto me importa su aprobación, aunque sé que no la niega nunca. De pronto vuelve al tema y me ofrece: -Usá las fotos. Hay muchas.
Le contesto, sintiéndome como quien pretende mudar el mar con una cucharita:
-Gracias Alfredo, en cuanto sepa cómo se hace las subo.
Y voy bajando las escaleras de la casa de Rivadavia que nunca se terminó de hacer, mientras pienso en qué me metí, necesito juntar gente para hacer que esta idea crezca. Buscar ayuda. Sumar. Ada Fanelli
